David Villa maravilla a los atléticos

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Se hablaba mucho de la posible marcha de David Villa al fútbol inglés. De hecho, tanto Arsenal como Tottenham estaban realmente interesados y habían presentado ofertas bastante superiores a la del Atlético de Madrid. Al final, sin embargo, ha sido el club de la capital el que se ha llevado el gato al agua. En este caso, según cuentan, ha pesado la preferencia del Guaje por quedarse en España.

Este traspaso parece un negocio redondo, al menos para el Atlético, cuyos aficionados ven cómo el mayor goleador de la Selección y uno de los mayores goleadores españoles de la historia, va a defender su camiseta durante 3 años (al menos según su contrato). Y todo por 5 millones de euros (siempre que cumpla su contrato).

Los colchoneros han perdido al Tigre, pero nuevamente parece que aciertan en el fichaje del 9 (o el 7, si es que Villa conserva el número que tanta suerte le ha dado). Un jugador que, aunque lleva dos temporadas irregulares debido a una grave lesión, parece que ya está totalmente recuperado y con ganas de recuperar su mejor nivel.

Donde no parecen estar tan contentos, por más que el club defiende lo bueno del acuerdo, es en Can Barça. Los aficionados ven cómo un jugador que hace tres temporadas llegó por 40 millones de euros, con la vitola de crack, se marcha casi regalado a un rival (casi) directo, por una suma irrisoria. Y justo cuando más se habla de la falta de pólvora en el ataque. Se han quedado sin un solo jugador de área.

Puede que su ficha fuera de 10 u 11 millones la próxima temporada, pero traer a un sustituto no va a costar menos, y nadie garantiza que se vaya a adaptar, mientras que el Guaje, ya estaba completamente hecho a los compañeros y el sistema de juego. Habrá que ver si le junta directiva, con Rosell a la cabeza, se guardan un as en la manga para dar un golpe de efecto.

Mientras, en el Calderón se frotan las manos con su nueva adquisición. Dicen que Simeone habló directamente con Villa para manifestarle toda su confianza y que eso decantó la balanza definitivamente para decidirse por el Atlético de Madrid. Los aficionados parecen estar todos de acuerdo en que ha sido un gran negocio y que les esperan tardes de alegría y goles.

El grito «Illa, illa, illa, Villa maravilla» sonará, desde la próxima temporada, en el Estadio Vicente Calderón y, si la temporada va bien, puede que de nuevo ocupe el lugar que le corresponde en la Selección, en el Mundial de Brasil.

José Robles.

La Copa Confederaciones no tiene sentido

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Puede parecer ventajista decirlo ahora que la Selección Española la ha perdido con todas las de la Ley, arrollada por una Brasil hipermotivada que jugaba en campo propio. Sin embargo, viéndolo con perspectiva, es un trofeo que no aporta nada nuevo. 

Para entenderlo, habría que compararlo, por ejemplo, con el Mundial de Clubes. En éste se enfrentan los equipos campeones de cada continente pero, en este caso, no hay ninguna otra competición de mayor prestigio en la que puedan enfrentarse. La Copa Confederaciones enfrenta a las selecciones campeonas de su continente, pero esas mismas selecciones ya tienen un campeonato, el más importante, que es el Mundial, donde ya miden sus fuerzas y de donde sale la mejor selección del planeta.

Existen argumentos a favor de que se celebre tal competición, como asegurarse de que la sede del Mundial estará lista a tiempo, solventar posibles problemas de organización y hacer previsiones logísticas con tiempo para la gran cita. No obstante, con un calendario tan apretado, parece que al final la Copa Confederaciones acaba jugando en contra de los propios jugadores, que son los protagonistas, al fin y al cabo.

Mirándolo desde el punto de vista español, cuyos objetivos actualmente son los más altos por lo conseguido en los últimos años, la participación en esta Copa sirve de toma de contacto con el país, la afición y las condiciones climatológicas que se encontrarán en el Mundial. Es más, el hecho de no ganarla, como ya sucediera en Sudáfrica, pone de manifiesto la dificultad de alzarse con cualquier trofeo, por pequeño que parezca.

Bajar los pies al suelo y valorar esa dificultad puede resultar beneficioso de cara al Mundial, puesto que evitará relajación en las filas de la ‘Roja’. Del mismo modo, la euforia desatada en Brasil tras la consecución de la Confederaciones puede jugarles una mala pasada el próximo año. Ya se ha visto en otras ocasiones que el exceso de revoluciones y la responsabilidad acaban pesando en los anfitriones.

José Robles.